En el año 1558 cuando los conquistadores y pobladores de Mérida pasaron por estas serranías, territorio del actual estado Táchira, descubrieron tres valles en donde se asientan hoy: El Cobre, La Grita y Pueblo hondo.
A partir de allí comienza la historia de estos pueblos específicamente el de San Bartolomé, donde esta situado El Cobre, el cual fue descubierto por el capitán Juan Rodríguez Suarez el 24 de agosto de 1558, poblado por los indios cobreros, población indígena llamada Acubuco.
El nombre completo de la región en tiempos de la colonia era San Bartolomé del Cobre. La parte santoral proviene de España . San Bartolomé fue uno de los mártires católicos que murió desollado y por y por eso se le representa con un machete en la mano.
El segundo nombre se debe a la existencia de minas de cobre (cu) en el sector Oeste del centro poblado a mediados del siglo XVII. Según lo escribe Fray Pedro Simón, el mineral se insinuaba a flor de tierra y atraía con sus colores azules verdosos y su brillo al sol. Según la historia se dice también de existencia de oro y esmeraldas, pero lo mas seguro es que sea mentira y que los Españoles lo hayan confundido.
El valle de San Bartolomé es uno de los parajes mas hermosos de los Andes, siendo, además motor de desarrollo, gracias a la fuerza productora de sus hijos y a la unión que los ha mantenido, contra viento y marea, a lo largo de su accidentada historia. El Cobre Remanso de paz y tranquilidad de un pueblo Andino. Un pueblo típico por excelencia, situado al pie del paramo del Zumbador y arrullado por el murmullo de las aguas frías y cristalinas, que bajan de la cumbre. Su fundación fue por el año de 1842 en el valle de San Bartolomé y realizada por el presbítero padre Pablo Antonio Morales, su temperatura promedio es de los 20ºC y esta ubicado a 74km de la ciudad de san Cristóbal.
Enclavado en el macizo montañoso de los Andes y en los valles altos del Táchira. Tierra alegre y atractiva, rodeada de sus colinas apacibles y bella, su frescura saturada por el paramo del zumbador y bajo la caricia de los fulgurantes rayos del sol, que al atardecer se sentirá galante por sus alborozados paisajes atractivos, en medio de la laboriosidad de sus gentes, El Cobre, pueblo de clima frio y de hombres y mujeres templadas, luchadoras, forjadas y productoras de riqueza nacional, hace gran explosión de sus siembras y hortalizas, flores y moras, con la finalidad de ir día a día en busca de un mejor destino.
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